Dejar volar la imaginación. Sentir como me penetras con tan solo imaginarte. Arder con la ropa puesta y odiar a mis pensamientos por no dejarme ver mas allá de tu sexo. Tocarme en secreto cuando me miras y desear que vuelvas a mis sabanas de raso rojo cada vez que te veo.
Ni el tiempo ni la distancia dejan olvidar lo que te deseo. Aquellos encuentros en los que era tu esclava han resultado convertirme en tu ama. Adoro poseerte y lamer cada rincón de tu desnudo torso. Acariciar con mi húmeda lengua tu cuello mientras me deslizo muy lentamente por el recorrido de tus mas deseados sueños conmigo. Me excita saber que cuando mis carnosos labios recorren tu torso lo único que deseas es que llegue a tu miembro. Me calienta ser mala y dejarte desearme por largos momentos. Explotas de la excitación y yo me humedezco solo con escuchar tus gemidos. Sacas a tu fiera y me agarras del cabello. Necesitas dominarme...pero yo no te dejo. ¡Yo mando! Yo decido cuando jugar con tu miembro. Disfruto poseyendo algo que no es mio.
Y llego a tus deseos. Tu miembro disfruta en mi boca. Ahora es mio. Me lo introduzco de tal manera que te trasladas a otro mundo, aquel donde solo puedes desearme a mi y a nadie mas. Te oigo disfrutar de tal manera que me excita a seguir comiendo de tu fruto. Todo se humedece en esa habitación. Se que no puedo parar y que estas a punto de llegar...deseando dármelo todo. Necesitas correrte y sentir como nuestros fluidos se mezclan en mi boca.
Siempre pienso que es la última vez que te veré...pero todavía no eres capaz de olvidar mi boca.
domingo, 13 de abril de 2014
martes, 21 de enero de 2014
Roxett y el sexo: Mirame
Creo en el destino como si fuera mi punto de partida. Era el lugar y el momento idóneo. Podría haber caminado en otra dirección, podría haber elegido el camino mas largo e incluso haber estado a punto de perderme una noche tan pasional como aquella,pero...no fue así. El camino correcto fue seguido por una mirada perfectamente captada por mi. Me sentí observada mientras caminaba sola por aquella avenida. Sentí como me observaban desde la cristalera de aquel bar y enseguida supe que debía de entrar. Bajando los escalones de aquel modesto lugar, estaba él...a punto de averiguar porqué Roxett estaba allí.
Una copa tras otra...y miradas donde sobraban las palabras. Durante varias horas deseaba ser poseída por aquel hombre que me miraba, me sonreía y me hablaba...sabía que esa noche él era para mi. Cuando quise darme cuenta, miré a mi alrededor y el bar estaba vacío, sólo quedaba él...y yo, junto a un cruce de piernas que atentaba sobre nuestros instintos más básico. Cerró la puerta y se acercó muy lentamente hacia mi...me abrió cuidadosamente y me atrajo hacia él, besándome de tal manera que era imposible querer parar. Desabrochó mi camisa con las mismas ganas que deseaba penetrarme, observaba mis pechos con tal adoración que no tardó ni un suspiro en devorarlos con sus carnosos labios. Su mano llegó a mi intimidad y lo único que pudo sentir era como me humedecía ante él. Mi cuello , mis pechos...mi boca, todo estaba siendo besado, hasta que de repente sentí como entraba dentro de mi con tal dureza que no pude contener la satisfacción de mis gemidos. Su miembro era lo que había estado deseando desde el preciso momento que me preguntó que deseaba tomar.
Me bajó del taburete y me postró sobre la barra, para penetrarme desde atrás. Mis uñas arañaban la madera, y desde ese dolor placentero me penetraba una y otra vez...era maravilloso ver como nuestros cuerpos iban al mismo ritmo, como sus manos cogían mis hombros y acariciaban mi pelo mientras me hacia toda suya. Fuimos capaces de llegar a un infinito orgasmo...y decidir continuar en la habitación de mi hotel.
Mientras me vestía...le pedí pagar...y sólo fue capaz de decirme, que esa noche corría de su cuenta, por lo que creo que tengo una deuda pendiente.
Una copa tras otra...y miradas donde sobraban las palabras. Durante varias horas deseaba ser poseída por aquel hombre que me miraba, me sonreía y me hablaba...sabía que esa noche él era para mi. Cuando quise darme cuenta, miré a mi alrededor y el bar estaba vacío, sólo quedaba él...y yo, junto a un cruce de piernas que atentaba sobre nuestros instintos más básico. Cerró la puerta y se acercó muy lentamente hacia mi...me abrió cuidadosamente y me atrajo hacia él, besándome de tal manera que era imposible querer parar. Desabrochó mi camisa con las mismas ganas que deseaba penetrarme, observaba mis pechos con tal adoración que no tardó ni un suspiro en devorarlos con sus carnosos labios. Su mano llegó a mi intimidad y lo único que pudo sentir era como me humedecía ante él. Mi cuello , mis pechos...mi boca, todo estaba siendo besado, hasta que de repente sentí como entraba dentro de mi con tal dureza que no pude contener la satisfacción de mis gemidos. Su miembro era lo que había estado deseando desde el preciso momento que me preguntó que deseaba tomar.
Me bajó del taburete y me postró sobre la barra, para penetrarme desde atrás. Mis uñas arañaban la madera, y desde ese dolor placentero me penetraba una y otra vez...era maravilloso ver como nuestros cuerpos iban al mismo ritmo, como sus manos cogían mis hombros y acariciaban mi pelo mientras me hacia toda suya. Fuimos capaces de llegar a un infinito orgasmo...y decidir continuar en la habitación de mi hotel.
Mientras me vestía...le pedí pagar...y sólo fue capaz de decirme, que esa noche corría de su cuenta, por lo que creo que tengo una deuda pendiente.
lunes, 6 de enero de 2014
Roxett y el sexo: Buscando a Venus
Necesito escribir sobre algo que nunca he vivido y que solo imaginarlo me hace humedecerme. Me intriga saber que sentiré y como reaccionaré. Tocar una piel de mujer y sentir que encontraré algo que conozco muy bien...una venus excitada y en pleno momento de pasión. Como será...?
Me imagino nerviosa y a la vez excitada con pronósticos de correrme a la velocidad de la luz. Saborearé unos pechos y tocaré un cuerpo suave y con un olor muy parecido al mio. Desnuda ante a mi, dibujaré con mis manos todo su cuerpo. Acariciaré cada rincón de su piel...y a la vez estrecharé su cuerpo contra el mio. Adoro gemir, me excita una bonita voz...y deseo que giman de placer para mi. Tengo la lección aprendida y se como me gusta que me laman mi tesoro, por lo que espero saber hacerlo igual. Mi lengua por primera vez sabrá lo que es el sabor de una mujer y mis dedos se introducirán dentro de una diosa que sentirá el placer de la locura. Rozaremos el éxtasis juntas....me enseñará los secretos de un duo no mixto y me besaré como si fuera mi primer beso. No logro imaginar esa sensación y deseo que pase en mi habitación.
Mi primera vez me intriga...porque desconozco esa sensación de poseer a alguien con tu misma feminidad. No habrá batalla de sexo y la dulzura de la mujer se duplica. Que hermosa foto para el recuerdo, donde dos mujeres desnudas se entrelazan y sienten el sexo sin miedo.
Roxett parece ser que necesita seguir experimentando...
Me imagino nerviosa y a la vez excitada con pronósticos de correrme a la velocidad de la luz. Saborearé unos pechos y tocaré un cuerpo suave y con un olor muy parecido al mio. Desnuda ante a mi, dibujaré con mis manos todo su cuerpo. Acariciaré cada rincón de su piel...y a la vez estrecharé su cuerpo contra el mio. Adoro gemir, me excita una bonita voz...y deseo que giman de placer para mi. Tengo la lección aprendida y se como me gusta que me laman mi tesoro, por lo que espero saber hacerlo igual. Mi lengua por primera vez sabrá lo que es el sabor de una mujer y mis dedos se introducirán dentro de una diosa que sentirá el placer de la locura. Rozaremos el éxtasis juntas....me enseñará los secretos de un duo no mixto y me besaré como si fuera mi primer beso. No logro imaginar esa sensación y deseo que pase en mi habitación.
Mi primera vez me intriga...porque desconozco esa sensación de poseer a alguien con tu misma feminidad. No habrá batalla de sexo y la dulzura de la mujer se duplica. Que hermosa foto para el recuerdo, donde dos mujeres desnudas se entrelazan y sienten el sexo sin miedo.
Roxett parece ser que necesita seguir experimentando...
miércoles, 18 de diciembre de 2013
Roxett y el Sexo: El reencuentro
Entre toda esa gente, sabía que te iba a encontrar. Como si de un radar se tratase. Me bastó verte de espaldas para saber que me esperabas a mi. Todo estaba estudiado aunque nosotros no supiéramos la lección. Se que me esperabas, que después de tanto tiempo volverías a probar mi dulce hiel. Nuestras miradas se cruzaron, y tú sonrisa imposible de comparar con nadie en esa sala me sonreía solo a mi.
Sus palabras después de tanto tiempo, me hicieron revivir todos esos momentos de placer a su lado. Todo lo que pensaba olvidado...volvía a crecer dentro de mi. Su mirada penetrante y sus labios humedecidos por aquella copa de vino, querían volver a sentir mi desnuda espalda. Un pequeño gesto quería que nos retirásemos a un lugar secreto...como en los viejos tiempos. Como olvidar lo que era estar a solas contigo. En aquella desconocida oficina y sin cerradura...me daba igual, hacía demasiado tiempo que no le probaba. Sentado en aquella gran silla de cuero me arrodillaba ante él. Volvía saborear su miembro, lamiéndolo poco a poco y muy dulcemente como a él le gustaba que se lo hicieran.
Dejé de escuchar ruido allí fuera por un instante, solo podía sentir su respiración cada vez mas fuerte y su cara de placer mirando como me introducía en mi boca todo lo que yo mas deseaba. Sabía que yo también quería, nunca fuiste egoísta. Sus fuertes brazos me postraron sobre la mesa, buscaban mi sexo para introducir el suyo. Mis piernas rodeaban su cuerpo y sus movimientos cada vez mas rápidos hacían que sintiera ese dolor placentero que solo él sabía crearme. Era imposible no gritar, era imposible no pensar que allí fuera estuviera lleno de gente hipócrita felicitándose por sus grandes éxitos profesionales...en ese momento solo pensaba en nosotros...y sobretodo en nuestro placer. Me encontraba tan humedecía que su pene entraba como si estuviera creado para mi. Me acariciaba mis pechos mientras yo me masturbaba. Él me miraba...y me miraba...y gozaba viendo como me tocaba, sin dejar de penetrarme. Adoraba que me dijera que me corriera para él...y así lo hacía mientras él rociaba todo mi pubis con su semen. Volvimos a sentir un orgasmo prohibido pero esta vez...no en su oficina.
Resultó ser el cocktail navideño mas blanco que jamás hubiera imaginado...
Sus palabras después de tanto tiempo, me hicieron revivir todos esos momentos de placer a su lado. Todo lo que pensaba olvidado...volvía a crecer dentro de mi. Su mirada penetrante y sus labios humedecidos por aquella copa de vino, querían volver a sentir mi desnuda espalda. Un pequeño gesto quería que nos retirásemos a un lugar secreto...como en los viejos tiempos. Como olvidar lo que era estar a solas contigo. En aquella desconocida oficina y sin cerradura...me daba igual, hacía demasiado tiempo que no le probaba. Sentado en aquella gran silla de cuero me arrodillaba ante él. Volvía saborear su miembro, lamiéndolo poco a poco y muy dulcemente como a él le gustaba que se lo hicieran.
Dejé de escuchar ruido allí fuera por un instante, solo podía sentir su respiración cada vez mas fuerte y su cara de placer mirando como me introducía en mi boca todo lo que yo mas deseaba. Sabía que yo también quería, nunca fuiste egoísta. Sus fuertes brazos me postraron sobre la mesa, buscaban mi sexo para introducir el suyo. Mis piernas rodeaban su cuerpo y sus movimientos cada vez mas rápidos hacían que sintiera ese dolor placentero que solo él sabía crearme. Era imposible no gritar, era imposible no pensar que allí fuera estuviera lleno de gente hipócrita felicitándose por sus grandes éxitos profesionales...en ese momento solo pensaba en nosotros...y sobretodo en nuestro placer. Me encontraba tan humedecía que su pene entraba como si estuviera creado para mi. Me acariciaba mis pechos mientras yo me masturbaba. Él me miraba...y me miraba...y gozaba viendo como me tocaba, sin dejar de penetrarme. Adoraba que me dijera que me corriera para él...y así lo hacía mientras él rociaba todo mi pubis con su semen. Volvimos a sentir un orgasmo prohibido pero esta vez...no en su oficina.
Resultó ser el cocktail navideño mas blanco que jamás hubiera imaginado...
miércoles, 4 de diciembre de 2013
Roxett y el sexo: En las nubes
Durante años soñé encontrar una fantasía que fuera capaz de hacerme sentir única y envidiable por todas aquellas personas que al igual que yo nos encanta probar lo prohibido.Aquel día, en aquella larga fila de embarque, nuestras miradas se cruzaron y supe desde el primer parpadeo que aquel hombre de piel blanca y acento dulce sería capaz de realizar mi sueño. Sobraban las palabras, su mirado me encendió y su ingeniosa capacidad de seguir mis pasos y conseguir sentarse a mi lado fue lo que mas pudo excitarme.
Era fácil. Nuestro tono se elevo más rápido que aquel avión. Mi falda dejaba mostrar lo que él podría saborear y mientras mi brazo acariciaba el suyo inocentemente... Una gran conversación sin significado alguno y de mínima importancia, me hacía imaginar como seria en la cama. Me miraba mientras hablaba de...no se, simplemente conseguía hacerme humedecer. Las luces tenues en un vuelo nocturno y el frío de ese enorme aparato, hacía que tuviera que taparme con mi gran pañuelo de seda, toda una gran estrategia por mi parte. De repente, comencé a sentir como sus calientes manos acariciaban mi pierna y poco a poco hacían un maravilloso recorrido hacia mi sexo. Sus dedos consiguieron llegar a mi clítoris. Lo acariciaba con tanta suavidad que mi cuerpo se estremecía de la excitación que me causaba esa situación. Su cara de placer y su miembro eréctil a través de su pantalón, me hacia desear mas...quería sentirla y que me penetrara. Ya no me importaba la gente ni el que dirán, solo pensaba en introducirme su gran miembro, hasta que...sus dedos entraron dentro de mi vagina y fue capaz de calmar ese deseo de locura que estaba a punto de hacerme perder la razón. Me corrí mientras le miraba a los ojos y le pedía una mas por favor.
Mis silenciosos gemidos de placer no consiguieron que nadie tuviera una premiada distracción...Las luces se encendieron, ya habíamos llegado...incluida yo.
Por supuesto, Roxett es una señora y todo lo que empieza, lo acaba.
" Llámame, en cuanto llegues al hotel.Gracias por el vuelo eres un encanto"
Era fácil. Nuestro tono se elevo más rápido que aquel avión. Mi falda dejaba mostrar lo que él podría saborear y mientras mi brazo acariciaba el suyo inocentemente... Una gran conversación sin significado alguno y de mínima importancia, me hacía imaginar como seria en la cama. Me miraba mientras hablaba de...no se, simplemente conseguía hacerme humedecer. Las luces tenues en un vuelo nocturno y el frío de ese enorme aparato, hacía que tuviera que taparme con mi gran pañuelo de seda, toda una gran estrategia por mi parte. De repente, comencé a sentir como sus calientes manos acariciaban mi pierna y poco a poco hacían un maravilloso recorrido hacia mi sexo. Sus dedos consiguieron llegar a mi clítoris. Lo acariciaba con tanta suavidad que mi cuerpo se estremecía de la excitación que me causaba esa situación. Su cara de placer y su miembro eréctil a través de su pantalón, me hacia desear mas...quería sentirla y que me penetrara. Ya no me importaba la gente ni el que dirán, solo pensaba en introducirme su gran miembro, hasta que...sus dedos entraron dentro de mi vagina y fue capaz de calmar ese deseo de locura que estaba a punto de hacerme perder la razón. Me corrí mientras le miraba a los ojos y le pedía una mas por favor.
Mis silenciosos gemidos de placer no consiguieron que nadie tuviera una premiada distracción...Las luces se encendieron, ya habíamos llegado...incluida yo.
Por supuesto, Roxett es una señora y todo lo que empieza, lo acaba.
" Llámame, en cuanto llegues al hotel.Gracias por el vuelo eres un encanto"
lunes, 4 de noviembre de 2013
Roxett y el sexo: Sintiendote
Sus dedos dibujaban sobre mi espalda sensaciones que hacían despertar mi instinto mas carnal. Sentía como ardían sus manos en mi piel blanca y fresca. Bajaba por la espalada y cuando llegaba a la curva de lo que le hacía pecar, volvía a subir. Sus besos en mi nuca y su lengua en mi cuello, era lo único que necesitaba para que encendiera mi fuego. Me sentía atrapada dentro de mi habitación, me encantaba sentir que aunque gritara no serviría de nada...quería ser secuestrada por ese hombre que conocía cada rincón de mi delicado cuerpo. Encontraba los lugares más secretos...y los desvelaba gritando al cielo que yo era suya. Era capaz de poseerme durante horas sin que mi cuerpo dijera basta. Quería mas, no parecía suficiente y yo se lo daba. Su miembro duro se introducía dentro de mi....
Podía leer su mirada mientras me penetraba. Me hacia sentir suya desde el principio hasta el fin, me hacia humedecerme con tal facilidad que su miembro no podía evitar estar dentro. Era tan excitante que no queríamos que acabara nunca, queríamos sudar, mordernos y acariciar cada rincón de nuestro cuerpo para acabar en una explosión de sensualidad extrema. Esa tarde gemí más que hablé, la habitación de Roxett se había convertido en mundo. No había nada ni nadie fuera. Sólo existíamos el sexo y yo...
Placeres imposibles de no sentir. Caricias interminables que hacen de mi una fiera mansa por aquel hombre. Dejando de lado al hombre desconocido para así reencontrarme con la pieza que faltaba en mi sexo. Seguir aventurándonos en nuestros encuentros mientras descubrimos nuestro sexo. Mi boca deseaba saborear su miembro y mi instinto de fiera deseaba ver como se estremecía de placer hasta que me diera todo aquello que cumplía con mis expectativas.
Porqué he tenido que despertarme...ya estoy deseando volver a soñar contigo.
Podía leer su mirada mientras me penetraba. Me hacia sentir suya desde el principio hasta el fin, me hacia humedecerme con tal facilidad que su miembro no podía evitar estar dentro. Era tan excitante que no queríamos que acabara nunca, queríamos sudar, mordernos y acariciar cada rincón de nuestro cuerpo para acabar en una explosión de sensualidad extrema. Esa tarde gemí más que hablé, la habitación de Roxett se había convertido en mundo. No había nada ni nadie fuera. Sólo existíamos el sexo y yo...
Placeres imposibles de no sentir. Caricias interminables que hacen de mi una fiera mansa por aquel hombre. Dejando de lado al hombre desconocido para así reencontrarme con la pieza que faltaba en mi sexo. Seguir aventurándonos en nuestros encuentros mientras descubrimos nuestro sexo. Mi boca deseaba saborear su miembro y mi instinto de fiera deseaba ver como se estremecía de placer hasta que me diera todo aquello que cumplía con mis expectativas.
Porqué he tenido que despertarme...ya estoy deseando volver a soñar contigo.
jueves, 31 de octubre de 2013
Roxett y el sexo: Callate
Puede ser que me equivoque una y otra vez...que cuando no lo quiero luego lo deseo.
Posiblemente me das orgasmos olvidados, deseos perdidos que reencuentro en tu penetración. Vacilo con tus caricias. Adoro cuando callas porque significa que relatas nuestro sexo con caricias.
No me dejas moverme, ni tan si quiera esforzarme en poseerte. Noto tu esfuerzo de deseo en todas y cada una de las gotas de sudor que caen sobre mi cuerpo desnudo. Me excita esa lengua acorralando mis pezones.
Adoro cuando callas porque estas como ausente, digamos que te obligas a poseerme y hacérmelo mejor que a ninguna. Piensas no quedar a la altura y lo que no sabes es que escribo mientras me humedezco. Te premio utilizando las mil y una posturas que deseas hacerme. Te felicito por no perder esa erección que me vuelve loca. Consigues que estremezca de pasión y deseo que sigas follándome solo como tu sabes hacerlo.
No soy una niña buena, yo no me enamoro, solo me encapricho de tu miembro y de nuestros flujos húmedos empapando nuestro cuerpo. Dicen que la habitación de Roxett no da cabida al romanticismo, así que dame tu semen...rociame todo mi liso pubis con el...y déjame tocarme hasta correrme.
Durante un silencio de gemidos excitantes, consigo extasiarme sin perder el hilo del argumento...un rico y placentero orgasmo hace que llegue hasta el final de nuestra escena...el silencio inunda la habitación...la luz tenue facilita mi momento ...hasta que...CÁLLATE!!
Posiblemente me das orgasmos olvidados, deseos perdidos que reencuentro en tu penetración. Vacilo con tus caricias. Adoro cuando callas porque significa que relatas nuestro sexo con caricias.
No me dejas moverme, ni tan si quiera esforzarme en poseerte. Noto tu esfuerzo de deseo en todas y cada una de las gotas de sudor que caen sobre mi cuerpo desnudo. Me excita esa lengua acorralando mis pezones.
Adoro cuando callas porque estas como ausente, digamos que te obligas a poseerme y hacérmelo mejor que a ninguna. Piensas no quedar a la altura y lo que no sabes es que escribo mientras me humedezco. Te premio utilizando las mil y una posturas que deseas hacerme. Te felicito por no perder esa erección que me vuelve loca. Consigues que estremezca de pasión y deseo que sigas follándome solo como tu sabes hacerlo.
No soy una niña buena, yo no me enamoro, solo me encapricho de tu miembro y de nuestros flujos húmedos empapando nuestro cuerpo. Dicen que la habitación de Roxett no da cabida al romanticismo, así que dame tu semen...rociame todo mi liso pubis con el...y déjame tocarme hasta correrme.
Durante un silencio de gemidos excitantes, consigo extasiarme sin perder el hilo del argumento...un rico y placentero orgasmo hace que llegue hasta el final de nuestra escena...el silencio inunda la habitación...la luz tenue facilita mi momento ...hasta que...CÁLLATE!!
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