martes, 21 de enero de 2014

Roxett y el sexo: Mirame

Creo en el destino como si fuera  mi punto de partida. Era el lugar y el momento idóneo. Podría haber caminado en otra dirección, podría haber elegido el camino mas largo e incluso haber estado a punto de perderme una noche tan pasional como aquella,pero...no fue así. El camino correcto fue seguido por una mirada perfectamente captada por mi. Me sentí observada mientras caminaba sola por aquella avenida. Sentí como  me observaban desde la cristalera de aquel bar y enseguida supe que debía de entrar.  Bajando los escalones de aquel modesto lugar, estaba él...a punto de averiguar porqué Roxett estaba allí.

Una copa tras otra...y miradas donde sobraban las palabras. Durante varias horas deseaba ser poseída por aquel hombre que me miraba,  me sonreía y me hablaba...sabía que esa noche él era para mi. Cuando quise darme cuenta, miré a mi alrededor y el bar estaba vacío, sólo quedaba él...y yo, junto a un cruce de piernas que atentaba sobre nuestros instintos más básico. Cerró la puerta y se acercó muy lentamente hacia mi...me abrió cuidadosamente y me atrajo hacia él, besándome de tal manera que era imposible querer parar. Desabrochó mi camisa con las mismas ganas que deseaba penetrarme, observaba mis pechos con tal adoración que no tardó ni un suspiro en devorarlos con sus carnosos labios. Su mano llegó a mi intimidad y lo único que pudo sentir era como me humedecía ante él. Mi cuello , mis pechos...mi boca, todo estaba siendo besado, hasta que de repente sentí como entraba dentro de mi con tal dureza que no pude contener la satisfacción de mis gemidos. Su miembro era lo que había estado deseando desde el  preciso momento que me preguntó que deseaba tomar.

Me bajó del taburete y me postró sobre la barra, para penetrarme desde atrás. Mis uñas arañaban la madera, y desde ese dolor placentero me penetraba una y otra vez...era maravilloso ver como nuestros cuerpos iban al mismo ritmo, como sus manos cogían mis hombros y acariciaban mi pelo mientras me hacia toda suya. Fuimos capaces de llegar a un  infinito orgasmo...y decidir continuar en la habitación de mi hotel.

Mientras me vestía...le pedí pagar...y sólo fue capaz de decirme, que esa noche corría de su cuenta, por lo que creo que tengo una deuda pendiente.



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