sábado, 3 de mayo de 2014

Roxett y el sexo: Blues

Seguir cuando creo que no puedo mas...es lo que me diferencia de los demás. Sentir que me falta el aliento cuando me miran no entra dentro mis  fantasías. Dejar de contar al mundo lo que me excita para gritar lo que me enamora. Aprender a querer... y olvidar tener que ser una Diosa. Disfrutar de ser amada a la vez de ser deseada. Olvidar a la fémina dominante que aprisiona a sus mansos guerreros  en una habitación...para dejar las puertas abiertas a los sentimientos. Sentir unos labios carnosos en mis pechos que me hacen anularme como Diosa del Olímpo para convertirme en una esclava romana. Algo está pasado...

Una velada a la luz de las velas y un Blues. Un roce en la mejilla y una caricia en el  cabello con la mas sincera suavidad y amago de hacerme llegar al éxtasis mientras sus manos caminaban en un caliente recorrido hacia mi suave espalda. Solo él consigue atraparme entre sus brazos sin que me de cuenta. Sentía sus labios carnosos saboreando mi miel. Sus manos consiguieron atravesar mi vestido y se postraron en mi cintura con la intención de desnudarme delicadamente...el reloj dejó de funcionar durante toda la noche para convertirnos nosotros en dueños de nuestro tiempo. Durante semanas estuve deseando ese momento. Fantaseando con sus caricias, besos y abrazos...e intentando imaginar el dulce olor de su cuerpo. Solo pude cerrar los ojos y dejarme llevar en ese bonito baile. Escuchaba sus gemidos que a su vez me hacían deducir la intensidad de su excitación. Tocaba melodía en mi delicado secreto, y hacia desaparecer mi aliento que con el tiempo parado nos hizo fundirnos entre orgasmos muy deseados.


Abrí los ojos, la habitación cambió de color....y el reloj volvió a su hora.

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